Permítanme que les cuente lo que nos aconteció allá por los años 1434 y 1435, cuando Madrid no era corte, pero si gozaba de la larga presencia del rey en nuestra villa. Tras haber sufrido una de las mayores sequias que se recuerdan, cuando nuestros campos eran mera tierra seca sin valor, llego la tormenta, y durante meses, sufrimos fuertes lluvias, granizo, pedrisco, el diluvio bíblico nos visitó sin...