Como él mismo dice, lleva en esto del arte desde que tuvo uso de razón. Sereno y cordial, su mirada curiosa se posa en las cotidianidades de la vida y las transforma en esculturas. Leandro Alonso es uno de los tres artistas de Variables, la exposición colectiva que se puede ver en las cinco oficinas de Encuentro en Madrid.
¿Cómo llegaste a interesarte por ser escultor?
Creo que ya de pequeño, con cinco o seis años, me sentía muy atraído por el arte, por hacer cosas. A esa edad yo volvía, los días de lluvia, con un puñado de barro para hacer algo con él, entonces no tenía ni idea de lo que era la escultura, era sólo un juego, pero, por lo visto fue el germen de lo que ahora es mi profesión.
¿Cuánto llevas dedicándote a este arte?
Si contamos con esas primeras experiencias, unos cincuenta años; si consideramos mis primeras obras con verdadera intención y consciencia, unos treinta y cinco; si contamos el momento en que terminé la carrera, treinta; si hablamos del momento en que decidí apostar por la escultura como profesión y, aun poniendo en riesgo los ingresos familiares, abandonar el resto de los trabajos, quince años, más o menos… Por último, si dedicarse al arte es poder vivir de ello y tener una proyección social como artista… habría que contar en años negativos, la verdad es que no sé cuándo ocurrirá, y espero que no tarde.
¿Consigues vivir de ello?
No, en realidad. Hace quince años, cuando decidí dedicarme a esto, podía sacar un sueldo razonable, escaso, pero razonable. En realidad, cuando uno es atrapado por el arte, no vive de él, sino que le dedica la vida.
¿Cómo definirías tu estilo?
No entiendo de estilos, supongo que a todo hay que ponerle una etiqueta, pero tienen que ser otros los que lo hagan. ¿Se podría hablar de honestidad como un estilo artístico?
¿Qué tendencias te parecen imprescindibles en este momento?
Creo que se han sobrepasado muchos límites, afortunadamente, y ahora podemos hablar solo de arte, o de creación artística. Es imprescindible que se siga creando, la sociedad lo necesita, sin tener en cuenta los “estilos” o tendencias. Se está trabajando muy bien con la fotografía y con el vídeo, también con las nuevas tecnologías, pero no es más que otra forma, otra herramienta para materializar lo poético, lo que llevamos dentro. No hay tendencias imprescindibles, lo imprescindible es el arte.
¿En España hay un colectivo potente de escultores/as?
Sí, sí que lo hay, lo ha habido en épocas anteriores y ha dejado un buen poso. Sobre todo, hay un buen número de muy buenas escultoras, que están realizando un trabajo muy poético y con muchísima fuerza.
¿Crees que es una de las disciplinas olvidadas?
No, no lo creo. Es verdad que se piensa que es más fácil colocar en casa un lienzo, una fotografía o un dibujo que una escultura, pero no es así. Mi casa está llena de obra propia y ajena y convivimos perfectamente. También, con el auge de las nuevas tecnologías, parece que las artes tradicionales han pasado a un segundo plano, pero tampoco es cierto. Es bueno que surjan nuevas formas de crear, pero simplemente es ampliar el espectro técnico; la técnica no hace la obra de arte. Es posible que con estas nuevas técnicas la oferta sea mayor y el porcentaje de escultura, por consiguiente, haya descendido. También es posible que la fotografía, el collage, el videoarte, el arte sonoro, etc., sean más asequibles, menos sucios y penosos, a nivel físico, y a ojos de las nuevas generaciones más atractivos, pero no creo que la escultura sea un arte olvidado.
¿En qué te inspiras cuando creas?
(Ja, ja, ja) Es una buena cuestión. No sé si hay algún artista que lo sepa. Por mi parte si te respondiera a esa pregunta mi respuesta no sería más que una especulación, que no una mentira. Uno quiere creer, a veces, se sabe de dónde salen las ideas, pero, en mi caso, son meras especulaciones. Invito, ya que considero que mi obra es abierta, al que la contemple a darme alguna pista sobre el asunto. A lo mejor entre todos llegamos a alguna conclusión.
