Eva Rodríguez lo tiene claro, su vocación es inamovible. Su interés actual se basa principalmente en la geometría, pero su búsqueda incesante pivota entre las técnicas, las materias primas y los soportes. Es una de las artistas de la exposición Variables, en los espacios Encuentro.
¿Qué es el arte para ti y cuando supiste que era lo tuyo?
Una necesidad vital de expresión. Pienso que está en mi ADN; cuando era pequeña ya me encantaba pintar con los lapiceros de colores, era mi jugo favorito. En la adolescencia y juventud supe que ese juego se convertiría en mi profesión.
¿Cómo definirías tu estilo?
Símbolo y color son, en los últimos años, mi forma de expresarme. Sin embargo, utilizo el lenguaje que más se adapta a lo que quiero comunicar en un momento concreto.
¿Qué sientes cuando pintas?
Una gran satisfacción y liberación al sacar aquello que deseo compartir, pasan de ser poesía y emociones al desgarro e indignación de vivencias personales y compartidas.
¿De dónde viene tu inspiración?
La naturaleza del ser, su entorno, el cosmos como eje central, los elementos hasta llegar a nosotros mismos y nuestras circunstancias.
¿Quiénes son, si los tienes, tus referentes?
Dos de mis maestros Elena Asins y Juan Genovés.
¿Se puede vivir del arte en España, o se hace simplemente por amor al arte?
Una pequeña minoría puede hacerlo, las dificultades son tantas que difícilmente se pueden superar. En cuanto a la siguiente pregunta, creo que una parte lo hace por amor. Creo que la mayoría lo siente como una necesidad; la imagen tiene un gran poder para comunicar, las denuncias ante las injusticias en nuestra sociedad llegan de forma más directa, la obra grita sola, en el tiempo en que nos encontramos la mayor parte de mi trabajo está en esta línea.
¿Qué opinas de la iniciativa de Inmobiliarias Encuentro?
Creo que es muy acertada. Las viviendas cubren sus paredes con obras, ofreciendo de esta manera una posibilidad de ver y adquirir, y a los artistas de ser adquiridas.
¿Se aprende a pintar? ¿Crees que todo el que se lo proponga puede potenciar ese talento?
Sí, todos podemos.
¿Qué le dirías a un estudiante de Bellas Artes o alguien que sintiera la pasión del arte?
Si tiene pasión que siga ese impulso, que no decaiga ante las adversidades, siempre hay alternativas; enseñar lo aprendido, buscar un trabajo para cubrir las necesidades vitales, pero nunca renunciar porque lo que se recibe es de tal dimensión que no hay aportación económica comparable.
