¿Nueva casa? ¡Ponla bonita!

Moderna, clásica, minimalista, vanguardista… la decoración interior de una vivienda define también a sus propietarios y llena con el estilo elegido el espacio vital de cada persona.

 

Nuestra casa es nuestro refugio, nuestro lugar en el mundo, donde comemos, dormimos, jugamos, amamos, soñamos… aquí somos realmente libres y nos mostramos como somos, con la únicas reglas que nosotros mismos nos imponemos… por eso nuestro hogar debe ser una prolongación de nuestra mente, de nuestra personalidad, de nosotros… Un proyecto de decoración debe complacer a nuestros cinco sentidos y es fundamental que creemos un ambiente que nos haga sentir bien cada vez que crucemos la puerta de entrada.

El consejo más importante que os podemos dar para conseguir crear ese ambiente es que hagáis la casa a vuestro gusto, de manera personalizada, buscando la armonía de todos los elementos, sin injerencias externas, ya que seremos nosotros los que pasemos aquí gran parte de nuestro tiempo.

Y aunque al final la decoración es algo muy íntimo y personal, aquí os vamos a dar unas ideas de lo que se debe y lo que no se debe hacer a la hora de decorar nuestro hogar.

Lo primero que debemos hacer es conocernos y tomarnos nuestro tiempo en diseñar lo que en un futuro será nuestra vivienda. Sin prisa y pidiendo consejo a expertos en caso de que tengamos dudas, ya que ellos pondrán todos sus conocimientos técnicos y estéticos a nuestra disposición y nos ayudaran a plasmar sobre el terreno la idea que tenemos sobre el papel. Se nos presentan multitud de estilos de decoración (Colonial, industrial, rústico, vintage…) y conviene tener claro cuál es el que más nos gusta, o la forma de combinar más de uno, antes de comprar cualquier elemento decorativo.

Tenemos que pensar muy bien también la utilidad que le vamos a dar a cada estancia de la casa, ya que según el uso, optaremos por algo más elaborado o algo más funcional. No decoraremos igual el cuarto de un niño que el dormitorio principal de la vivienda, pero haremos lo posible porque ambos cuartos queden integrados dentro de un espacio común.

Nos permitiremos una decoración de capricho. Si tenemos alguna afición concreta, alguna pasión o debilidad y lo creemos oportuno, nos podemos dar el gusto de disfrutar de ello incluyéndolo en nuestro proyecto de decoración. Es muy común en estos casos la colocación de chimeneas, fotografías u obras de arte en zonas estratégicas que muestran una parte de nuestra personalidad.

Ahora que tenemos claro el estilo, la funcionalidad y los objetos por los que mostramos predilección vamos a elegir los colores de las paredes y techos. Aquí podemos cambiar o combinar colores en función, por ejemplo, de la luminosidad o de la superficie, si bien os recomendamos que no utilicéis demasiadas tonalidades distintas ni colores estridentes de los que nos podemos cansar en poco tiempo.

Seguimos con el proceso y nos toca elegir los muebles. Aquí encontramos dos ideas bien diferentes. Quienes optan por colocar elementos de calidad porque piensan que es su casa para toda la vida y quieren muebles elegantes y duraderos aunque más caros y quienes deciden optar por muebles bonitos y funcionales, pero de peor calidad y precio, porque piensan que se van a cansar con el tiempo y van a redecorar en el futuro de nuevo. No nos atrevemos a deciros cuál es mejor idea ya que la decoración de una casa, insistimos, es muy personal, si bien la realidad nos dice que poca gente realiza una decoración integral de una vivienda aunque pasen varios años.

Lo que si que os recomendamos es que creéis estancias armónicas y divertidas situando muebles de distintas líneas o estilos,incluso colocando alguno a diferente altura evitando así la monotonía que podemos conseguir si todos los elementos son de la misma forma y tonalidad.

Importantísimo. Ahora que tenemos la pintura y los muebles, toca elegir la iluminación de la casa. Nos referimos tanto a los elementos de iluminación como a la forma de colocarlos para crear diferentes espacios dentro de una misma estancia y realzar elementos característicos como obras de arte o adornos que deseemos apreciar en todo su esplendor. Una buena luz agranda el espacio y nos hace sentir más cómodos en las horas que no hay luz natural.

Hemos dicho que una buena decoración debe complacer a los cinco sentidos por lo que no debemos descuidar la acústica para lograr un espacio confortable ya que una sonoridad adecuada es un potenciador de la comodidad, por lo que debemos contar con la evolución de la técnica para conseguir un sonido ambiental que complazca a nuestros oídos. Y si lo que buscamos es silencio también debemos tenerlo presente en el diseño colocando elementos aislantes.

Ya sólo nos queda elegir los complementos y accesorios como cortinas, estores, vinilos decorativos o plantas, por poner sólo algunos ejemplos, que serán los que aportarán personalidad propia a cada estancia. Aquí nos decantamos por no colocar demasiados objetos o texturas diferentes para conseguir evitar sobrecargar una habitación. Sin embargo nos gusta la idea de elegir un elemento decorativo protagonista para ser el punto de mayor atención del entorno y conseguir que el resto quede integrado.

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