Roberto Herrero, artista: “La dificultad de ser artista en España es infinita”.

Roberto Herrero se considera pintor, sin embargo, tal como él mismo explica “en la mayoría de obras de esta exposición las técnicas son fotográficas, pero la fotografía no actúa como un fin en si mismo, sino como un medio para cumplir ciertos objetivos pictóricos”. Sepamos más sobre este joven artista que expone su obra en Encuentro.

 

¿Es difícil ser un artista en España? 

 

Creo que todo el mundo cultural sufre tanto en España como en el resto del planeta. La idea que más me asusta es la de los derechos de autor, un asunto que misteriosamente apoyan los gobiernos y creadores con una mayor economía. Entiendo que el concepto ‘derecho de autor’ va en contra de la idea de cultura, la hace exclusiva, ya que presupone que, para tener acceso a ella, hay que tener un poder adquisitivo destacable. Si usted fuese un joven que desease ser cineasta, lo más normal es que desease ver todas las películas posibles, pero para ello tendría que comprar una cantidad ingente de contenido audiovisual; si tuviese recursos económicos, este acceso sería mayor; mientras que si su poder adquisitivo fuese menor, no podría visualizar tanto contenido. Se podría alegar que quedan las bibliotecas, y en efecto, yo acudo a muchas de ellas para poder disfrutar de todo ese contenido que no siempre puedo hacer de forma privada, pero siempre surge en mí la idea de por qué no se creó desde las instituciones una especie de biblioteca online que permitiese el acceso a películas y series: esto habría sido demoledor para aquellos que han hecho negocio a partir de infravalorar supuestamente los derechos de autor.

 

Es necesario respetar hasta cierto punto la autoría, es decir, el sistema de citación de los trabajos académicos, aunque en ocasiones complejo, me parece honrado, ya que subrayas las fuentes y aportas información a todos aquellos que quieran investigar. Evidentemente, no voy a erigirme como el autor de El Quijote, pero me gustaría que poder hacer copias ‘malas’, en copisterías, del mismo para tener un documento sobre el que trabajar ­–tomar notas, subrayar, ensuciar…– fuese posible antes de tener que comprar varias ediciones, a precios generalmente injustificados. Para mí no tiene sentido que un libro en blanco y negro, que usa un papel de mala calidad, tenga el mismo precio que un catálogo a todo color con el mismo número de páginas-.

 

Por lo tanto, si me preguntan sobre la dificultad de ser artista en España, digo que es infinita, por múltiples factores, pero la dificultad para el acceso cotidiano a contenidos culturales creo que es fundamental.

 

¿Cómo definirías tu estilo? 

 

No me atrevería a responder esta cuestión. En pleno siglo XXI creo que ha quedado claro que es más importante el regalo, que el papel que lo envuelve –como bien apunta Camnitzer–. Aunque la correcta elección de este último es trascendental también. ¿Se imagina un paquete con forma de botella y que al abrirlo sea una radio? Desde luego, la correlación no es siempre necesaria, en este caso usted se quedaría boquiabierta al no ver correspondidas sus expectativas; la obra sería un éxito. Cada ser humano es diferente a otro, ya que es imposible que su contexto sea exactamente el mismo, y esto, impondrá que tipo de regalo y envoltorio decida usar.

 

¿Quiénes son tus referentes?

 

Cada vez me interesa más la obra oculta de muchos creadores, como podrían ser las fotografías dobladas de Francis Bacon (que muchos consideran basura), las fotografías instantáneas de Balthus al final de su vida, las de Josep María Sert como preparación para sus murales, los dibujos de Henry Darger… Ninguna de estas creaciones fueron consideradas de interés por los propios autores, pero creo que nos cuentan más sobre quiénes son o sobre sus intereses. Evidentemente, si alguien nos escribiese una carta apelando a sus sentimientos, tendríamos una imagen de esa persona; si leyésemos su diario íntimo, le comprenderíamos mejor. No creo que mucha gente quiera que se lea su diario, como tampoco creo que estos artistas sintiesen especial agrado por el interés hacia estos elementos ocultos, pero sin duda, son fascinantes.

 

¿Qué obra te hubiera gustado pintar? 

 

Me gustaría pintar todas aquellas que aún me quedan por hacer.

 

¿Qué opinas de la iniciativa de Encuentro con el Arte?

 

Este tipo de iniciativas son necesarias. Sin duda creo, como imagino que mucha gente también desea, que este tipo de acciones deberían nacer desde las instituciones públicas. Sin embargo, es cierto que lo público va a tender a una búsqueda de ‘agrado generalizado’ que tornará neutra a las obras, mientras que los intereses privados son más parciales y pueden ajustarse a unos intereses concretos, aspecto que entiendo que tiene más que ver con la expresión artística. No es un tema sencillo.

 

INSTAGRAM: @roberto.h.g

 

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