Si alguna vez viajas por el subsuelo de Madrid, entre las estaciones de Iglesia y Bilbao, el tren ralentiza la marcha mientras atraviesa una estación en la que nunca se detiene. Al cruzarla se pueden escuchar los aterradores gritos de aquellos que quedaron allí sepultados durante los bombardeos de la Guerra Civil. Bueno, esto último es mentira. Pero la estación está y ahora la puedes visitar como...