Si éste es tu deseo igual te vienen bien una serie de consejos/ideas para revalorizarla y epatar al personal.
Pero antes, ya que seguro que el día 5 de enero te vas a lanzar a la calle con tus hijos a ver la Cabalgata de Reyes, nos gustaría contarte algunas cosas de esa arteria capital por la que pasarán sus Majestades hasta llegar a Cibeles y de su entorno: el barrio de la Castellana.
El barrio de la Castellana
Como sabes, el barrio de la Castellana pertenece al distrito de Salamanca, es el eje financiero de la capital y también una de sus vías con más historia y corazón; no en vano palpita en ella la emoción del estadio de fútbol del Real Madrid, el Santiago Bernabéu. Limita al norte con María de Molina, al este con Príncipe de Vergara, al sur con Don Ramón de la Cruz y Marqués de Salamanca; y por el oeste con Paseo de la Castellana. El primer tramo de esta calle madrileña todavía conserva restos de la construcción palaciega de los siglos XVII y XVIII. Palacios reconvertidos en bancos, nobles edificios que ahora son aseguradoras, grandes empresas, los mejores y más lujosos hoteles de Madrid, embajadas, sedes ministeriales y casas de cultura internacionales conviven a lo largo de este paseo.
Castellana es además, un barrio rodeado de cultura, desde el Museo de Ciencias Naturales a la emblemática Residencia de Estudiantes o el museo de Arte Público, bajo el paso de Eduardo Dato. En el complejo de edificios oficiales de Nuevos Ministerios –antiguo Hipódromo de la Castellana– se encuentran los ministerios de Fomento y Empleo, el complejo Azca, con las Torres Picasso, Europa y BBVA.
¡Todo un lujo vivir en este entorno!
Y seguro que si la casa que quieres vender está en este barrio, no tendrás problemas, pero déjanos decirte que un ‘lifting’ inmobiliario siempre es bueno para captar del todo al posible comprador.
No se trata de emprender una costosa reforma que no vas a disfrutar y que, además, puede que no sea del gusto del comprador. Hablamos más bien de unos toques que embellezcan el inmueble sin que te arruines.
Pinta las paredes
De un color básico, neutro, como el blanco sucio o el gris perla. Estas opciones no van a chocar con los gustos de nadie, son estupendas para realzar la luz natural de la vivienda y permiten dar rienda suelta a la imaginación del comprador para decorar su futura casa.
Sustituye puertas
No te imaginas la mala imagen que dan unas puertas viejas –que no antiguas, ¿eh?– . Como todo en la vida, la primera impresión es muy importante y está en tu mano que sea fantástica con un esfuerzo mínimo.
Instala ventanas de doble o triple cristal
Si puedes afrontar este gasto tendrás mucho a tu favor, porque el inmueble será mucho más atractivo a ojos del comprador si descubre que generará un ahorro en calefacción y aire acondicionado. Además, véndele también que se puede olvidar del ruido de la calle. Aislamiento total.
Cuida los detalles
Aunque la casa sea la pera, no hay nada peor que elementos extraños como muebles viejos, cuadros horribles, trapos sueltos, bombillas rotas, cables desperdigados, etc. para causar una mala impresión al comprador. Por eso, en la medida de lo posible, intenta despejar la casa –deja sólo aquellos muebles que puedan ser un plus para convencer, por ejemplo, un piano–… Tienes que transmitir que esa casa te importa, que la has cuidado y la cuidas, y que allí se puede formar un hogar.
¿Sabes qué? Lo mejor es que acudas a nuestros agentes inmobiliarios: ellos te aconsejarán para sacar el mayor partido a la venta.