Imagínate con un décimo de lotería ganador en tu mano, ganador de cualquiera de los premios, tampoco nos volvamos exquisitos… Un dinero extra con el que puedes “tapar agujeros” o con el que puedes hacer realidad un pequeño –o un gran – sueño. Y que sea pequeño o grande no tiene nada que ver con la cuantía del premio, sino más bien con la intensidad del deseo. Si es mucho dinero...